miércoles, 2 de junio de 2010

HONRAR EL CUERPO DE CRISTO


San Juan CRISOSTOMO decía: «No pensemos que
basta para nuestra salvación presentar al altar un cáliz de oro y
pedrería después de haber despojado a viudas y huérfanos.
¿Queréis de verdad honrar el Cuerpo de Cristo? No consintáis que
esté desnudo. No le honréis en el templo con vestidos de seda y fuera
le dejéis perecer de frío y desnudez. Porque el mismo que dijo: Este
es mi cuerpo, dijo también: Me visteis hambriento y no me disteis de
comer. Y: Cuando no lo hicisteis con uno de esos más pequeños,
tampoco conmigo lo hicisteis. Cristo anda errante y peregrino,
necesitado de techo; y tú te entretienes en adornar el pavimento, las
paredes y los capiteles de las columnas, y en colgar lámparas con
cadenas de oro. Al hablar así no es que prohíba que también se
ponga empeño en el ornato de la Iglesia; a lo que exhorta es a que
juntamente con eso, o, más bien, antes que eso, se procure el
socorro de los pobres. A nadie se culpó jamás por no haber hecho lo
primero; pero por no hacer lo otro se nos amenaza con el infierno».



"¿Qué es el pan? Cuerpo de
Cristo. ¿Qué se hacen aquellos que lo reciben? Cuerpo de Cristo. No
muchos cuerpos, sino un solo cuerpo. Si, pues, todos existimos por lo
mismo y todos nos hacemos lo mismo, ¿por qué no mostramos luego
también el mismo amor, por qué no nos hacemos también una sola
cosa en este sentido?»