Oración del Papa Benedicto XVI a la Virgen
«Madre y Señora nuestra, que permaneciste firme en la fe, unida a la Pasión de tu Hijo: ponemos en ti nuestra mirada y nuestro corazón.
«Madre y Señora nuestra, que permaneciste firme en la fe, unida a la Pasión de tu Hijo: ponemos en ti nuestra mirada y nuestro corazón.
Aunque no somos dignos, te acogemos en nuestra casa, como hizo el apóstol Juan, y te recibimos como Madre nuestra.
Te acompañamos en tu soledad y te ofrecemos nuestra compañía para seguir sosteniendo el dolor de tantos hermanos nuestros que completan en su carne lo que falta a la Pasión de Cristo, por su cuerpo, que es la Iglesia.
Míralos con amor de madre, enjuga sus lágrimas, sana sus heridas y acrecienta su esperanza, para que experimenten siempre que la Cruz es el camino hacia la gloria, y la Pasión, el preludio de la Resurrección».
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